Leo Messi y Dibu Martínez abrazados en el piso. Es la imagen número uno, la que sintetiza a esta Argentina semifinalista. A esta albiceleste que no pudo sostener dos goles de diferencia en los noventa minutos, que no lo pudo definir en un cierre de locomotora en el alargue, que recién arrodilló a Países Bajos en los penales. El capitán había marcado la diferencia en el juego. El arquero, como en la Copa América de Brasil, destrabó la dramática serie tapando los dos primeros remates.
Después del sufrimiento, Argentina celebra con fuerza total. Ya está entre los cuatro mejores del Mundial. Y va por más.
Fuente: Mundo Deportivo